domingo, 30 de marzo de 2014

SUSURRANDO HISTORIAS


Se decoloraban los paisajes
susurrando historias,
esas que sobreviven en la calma de una orilla.

Me impliqué con tu destino
aunque los elogios se arropaban entre calumnias.
No puedo creer
que tus vísceras estén cosidas de insolencia
mientras yo soñaba mi memoria junto a la tuya.

Nuestros labios se encontraron tantas veces,
tantas,
con sabor a verano, invierno,
pero amar por y para algo que no está escrito
es mejor desatar sogas amarradas a nada.

Se retrasaron las huellas
pero al fin llegaron.
Las estaciones se quedaron
junto a sus imponentes ojos,
esos que te miran
sobre la música y un conjunto de verbos al oído.

Y permaneciste a mi lado
con mi dolor,
con mi risa cuerda,
silencioso ante la pluma
que fue dibujando sin miedo,
con lágrimas blancas,
la portada de mi historia.

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