jueves, 28 de noviembre de 2013

LES DEUX MAGOTS


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Un café humeaba entre mis manos

en “ Les Deux Magots”,

mientras la tarde desprendía hebras ámbar

hacia las paredes sepia que vestían

aquellos lienzos del siglo XIX.

 

Te miré,

al mismo tiempo que los dedos transcribían

notas aburridas en aquel cuaderno amarillento,

quería sentirme viva aferrándome a la pluma

aunque fuesen solo sueños.

 

Pero te vi de nuevo sentado en la esquina

mientras me decía,

hoy buscaré una excusa

para acercarme a tus manos

que tus manos fueran mis dedos,

mi aliento sea tu boca

y tu amor mi deseo.

 

martes, 19 de noviembre de 2013

ÍNTIMO DELIRIO


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Te pensé,

cuando la tarde mudaba sus ojos

mientras la noche me recordaba,

el íntimo delirio en tu piel...

 

Allí donde las manos

me tuvieron  presa,

donde unos dedos

quedaron suspendidos sobre los poros,

allí,

la respiración  se detuvo hacia mi boca.

 

Y en la memoria te quedaste,

pintando el cuerpo con los besos,

labios,

rendidos sobre la carne.

 

Así siento tu aire,

entre suspiros desnudos

cuando un te quiero de luna,

muere sobre mi lengua.

 

Te amé,

cuando la noche mudaba sus ojos…

 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Y EN ESE INSTANTE


 

 










Pasan las noches y la ausencia de las letras golpea el alma con sus manos, ellas se estremecen e inundan los recuerdos entre viejos suspiros. Y en ese instante las sílabas encadenadas se deshojan con la transparencia de su pluma bautizando cada palabra.

 

 

No pretendo que seas el molino

de mis aguas,

ni la daga lenta que salude con sus  labios.

 

Pero cuando te llame,

ven,

ven a mí

entre  rancios murmullos

y el rubor de un amante.

 

Ya ves que me ahondas en tu claustro,

mas te busco en las faldas del auxilio

remando hacia vértices nocturnos

cuando la soledad aguijonea con palpitantes dedos.

 

Me sujetas,

involucrándome con tus envenenados dardos

mientras mis ojos abiertos peregrinan

en la faz de tus odas.

 

Ahora, te amo

puesto que fuiste  hallazgo

en mis pretéritas horas de agonía,

sí, te amo

en la palma curvilínea de mi historia.

viernes, 15 de noviembre de 2013

POR UN MINUTO


















A menudo,
mi alma desea un presagio.
Erró ante la triste vidriera
de un amor,
puesto que se incineraba las manos
al querer abrazarlo.

Nadie comprende
la sorda soledad que habita
en el pozo de mis labios,
ni la larga miseria
que tortura el mapa lúgubre del cuerpo.

Siempre soñé
con la calidez de tu boca,
beber fluidos confesando rezos
mientras la tersura
fuera el réquiem
entre infinitos trazos.

¡Cuánto hubiera dado por un minuto
acurrucada en la paz del amparo!
Y no ser grito estéril que muere
sobre el llanto.
Quisiera ser presencia en nuestra   piel
al mismo tiempo cauce imborrable
ante el renacimiento de mis ojos.

Nadie besó mis labios
como tú,
mi beso imaginario.




domingo, 10 de noviembre de 2013

IMAGINÁNDOTE


















Te he sentido
algunas veces tan cerca,
otras,
tan lejos,
pero siempre he tenido ese sueño
de poder tocarte con mis manos.

He imaginado tu nombre
esculpido sobre piedras de barro,
al mismo tiempo sacias la sed
de los que alguna vez han matado.

Y ahora,
contemplo a mi alrededor
cadáveres de niños tiroteados.
Dime tú,
dónde está la risa que se perdió en sus labios.
Mas no sé si la súplica muere en los oídos
o no llegan a la paz de tus abrazos.

Dulce palabra que atraviesa mi espalda
y también el costado,
entre tanto,
quiero perderme cuando suspiras,
hablarte,
entre cien disparos.

Te he sentido tan cerca
imaginándote en mis sueños.
Te amo,
sí, te amo.

sábado, 2 de noviembre de 2013

LARGA VIDA


















Fuiste apresándome con tus dedos
hasta llegar a mis pulmones,
siendo el oxigeno cada día
cuando las piernas me flaquean.

Has sido,
eres,
serás,
la alianza pura de un amor
cuando mis ojos han llorado,
reído,
amado
en los recodos de una larga vida.

No te olvido
puesto que vives en mi piel.
No quiero soltarte,
ni liberar crecidas raíces
de las que nacieron bellos rosales.

Te deseo en el dolor
y en quietas soledades,
en las llagas de mis heridas
porque soy la sierva de tu sangre.

Tú mi poesía,
la voz,

mi carne.

viernes, 1 de noviembre de 2013

CELIA
















En aquella casa donde las paredes de la habitación estaban recubiertas de terciopelo azul, olía a rocío de la mañana, las ventanas se habrían a las seis en punto.
Celia adoraba sentarse en el sillón que años atrás, le había regalado su padre. Sus ojos contemplaban el amanecer devolviéndole el aire.
En ese preciso momento se paraba el tiempo del reloj, adorando el silencio que se perfilaba bajo los primeros rayos de un sol temprano.
Su primer café humeaba al mismo tiempo que su pluma se confesaba sobre un folio en blanco. Quería escribir ese instante en el que la soledad le regalaba ese ápice de aliento.
Y ahí empezó todo. Un río de palabras brotaban mientras sus dedos delgados, plenos de sentimientos, describían la burbuja en la que se encontraba. Paz, que con el canto de un colibrí podría enmudecerla, amándola sin tocar su cuerpo.
Celia tenía el cabello largo y rubio, sus ojos eran de un color verde intenso y la boca una fina línea, el cuerpo delgado ya que había heredado hasta los huesos de su difunta madre.
Todas las mañanas se vestía con sus pantalones vaqueros y una camisa larga que hacía disimular su delgadez ya que pasaba horas sin probar bocado.
La escritura y el silencio la acompañaban diariamente. Hacía mucho tiempo desde aquel accidente que la había dejado sin su primogénito.
Cuántas lágrimas derramó; solo tenía seis años y su única vida era él, ya que el padre la había abandonado.
Decidió cada día honrarle con sus letras, ya que creía que de esa manera él permanecería allí sentado mirándola mientras le leía un cuento inventado.
Pero de pronto volvía a la realidad, se borraba su imagen pero ella sabía que él le devolvería el aire a las seis en punto.