domingo, 6 de abril de 2014

SABED DE MÍ

Quisiera,
“si usted me lo permite”
ser la claridad en su invierno
y el continuo aroma de las rosas pardas.

Sabed,
que mis manos están talladas
en insignias de amor con versos,
aunque las torres del alma
alguna que otra vez se rindieron.

Pero sabed de mí,
de la interrumpida voz que te nombra
incluso del cantar agrio,
pero, sabed de mí.


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