jueves, 13 de marzo de 2014

IRAILA


Esas últimas lágrimas
que resbalaron bajo la luna escondida…

Voz con vida,
canción en frío de cenizas,
y para mis manos
calidez en los rincones de la más amarga risa.

Mírame,
no llores,
ya que el silencio se viste de estrellas
esas con aroma de jardín con rosas.

Seguiré besando los rostros,
el tuyo,
el de todos
mientras verdea la paz de mi verbo.

Esas últimas lágrimas que me mandas
son libres,
libres en el nacimiento de una nueva vida.


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