martes, 24 de diciembre de 2013

EPIFANÍA

















Te miro desde mis cruces
y siento que llegas,
cargado de inéditas alegrías
cuando descanso sobre tus emociones.

Me liberas
de la clausura,
de los intramuros quietos
con gusto a vacío,
mientras pueblas risas cuerdas.

Te miro
y te sujeto entre los raíles de mis huesos,
no quiero acordarme del mal aliento de otras bocas,
ni de los verbos mal nacidos.

Quédate Epifanía.


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