jueves, 10 de julio de 2014

EL ÚLTIMO VALS



Quise
buscarte y te encontré...

Las calles sermonean
en sus ángulos,
un pregón en mi primera voz.
Se esparcen desde los oídos
hasta llegar al penúltimo sueño olvidado.

Mi hambriento ser,
con sienes de fresco néctar
y un violín quimérico,
reposaba en la faz
que juguetea hacia la visión curiosa,
empujándola sin tregua
al más puro concierto romántico.

Tú eres,
el patrón que suena
en el candoroso presidio,
mientras discrepan los cipreses
sobre unas armoniosas estatuas de arena.

Y entre las lápidas de esta  escalinata te encontré ,

en el último vals.

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