Aquella tarde,
el aliento se apagó en sus ojos…
Rey de sueños
en el dorso de su mano,
en la mía,
tatuados versos a fuego lento,
odas blancas,
azules como el cielo,
cuando en la partitura
eres tú mi pensamiento.
Y gota a gota
y paso a paso,
elaboras jazmines en la boca,
en el alma,
en mi cuerpo,
mientras,
las negras lenguas condenan,
arrebatan,
vociferan,
hacia senderos de inhumanas piedras.
Heme aquí escuchándote,
enamorándome de cada sílaba,
de cada letra,
muero en el índice de tu mano.
Aquella tarde
el aliento se apagó en sus ojos
y en los mios…
M'agradat molt, JD. Petonetssss
ResponderEliminarGracias Leo por tu aliento en mis letras, petonets
EliminarPrecioso poema amiga mía, gracias por crear este hermoso rincón de sueños.Abrazos.
ResponderEliminarGracias Pilar por estar en este gran mundo que es la poesía, abrazos
Eliminaraquella tarde los pianos sin cuerdas
ResponderEliminarinterpretaban pensamientos
de amores azules y viejos recuerdos
tinta roja derramaba los versos
en paredes ocultas de sentimientos
y una muerte subita se llevo en los dedos
precioso Silvia
Jorge gracias compañero por tus palabras que son mas hermosas que las mías, admiración y respeto por un poeta como tu
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