Fracturados desequilibrios se desnudaron ante ti,
doblegando,
concediendo falsas treguas a mi traidora cabeza de arena.
Equivocados fueron sus delirios
anidándose en ventajadas alucinaciones,
mientras la cordura fielmente lo abandonaba
entre demacradas fobias y exhaustos torrentes,
la culpa acribillaba en medio de divertidas preguntas.
¿Cómo pude creerle?
Tú que amaste sabiamente al Judas traidor,
ahora entre húmidos maderos
cien pústulas roñosas
sajan candentes
sobre colmadas y austeras aves rapaces.
¡Pido perdón!
Aunque la humillación sea mediadora de vejados adjetivos,
bien merezco el más que cruel martirio
ante la injuria tutelada por imparables látigos.
Enmudecen lenguas entre redes huérfanas
pues soy testigo de una fábula fingida.
Más no puedo sino rendir mi cabeza,
retorcerme bajo la parca y doblegarme ante ella.
precioso poema ,tema polemic y cruel
ResponderEliminarpero escrito con la pluma de oro
de una gran poetisa como tu SILVIA
este un tema que tiene muchas posturas partiendo desde el punto de vista religioso
como desde el punto politico,
hermoso como todo lo que escribes
Jorge hermoso como tu me respondes, un gusto que me dejes tu huella compañero
Eliminar