sábado, 3 de mayo de 2014

NUESTRA PRIMAVERA



Te contemplo,
en medio de la soledad de la noche
y la diurna caricia del sol.

Eres la estrella en mi desvelo,
el alma en la palabra
cuando los retorcidos colores de la vida,
me fueron atrapando
en la más insensible agonía.

Y ahí estabas tú mamá,
ahí estabas,
secando mis lágrimas
en el herido pecho,
que poco a poco sangraba.

Recordaré,
mientras sigo recordando
tus sueños que ahora son tan míos,
en cada uno de nuestros ahoras.

Permíteme este momento,
para decirte te quiero
entre abrazos llenos de gracias,
gracias por darme la vida
en el esplendor de la primavera.



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