ABRIL
No
sé si existes,
pero
te noté tan presente
que
pude tocarte.
Allí
donde todo es intocable,
donde
las puertas se cierran
y
todo se vuelve negro como la muerte,
te
sentí tan transparente
que
las ventanas de mis ojos
te
rozaron lentamente.
Con
la seda de mi piel
me
presenté a tus manos sin prisa,
ella
buscaba entre innumerables esbozos
mientras
era esclava,
sobre
el raso de tus labios.
Y
en este momento,
tan
cristalino como un beso azul,
sé,
que
no fuiste un sueño
sino
las madrugadas de un perfecto mes de abril,
donde
pude tocarte.
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