Despacio,
muy despacio
mi alma te eclipsa,
cuando en este peculiar espejo
a media voz te descubro.
Sin miedo a las alturas de la vida
peldaño tras peldaño nos amamos,
desordenabas mis cabellos
con inocentes dedos
desnudos,
ellos me apresan,
me ciñen,
en el secreto
de tu cuerpo junto al mío.
Y me buscas en el engendro de la noche,
custodiándome,
seduciéndome hacia al vacío
en un diván de sonrosados
labios,
entretanto el catecismo de la madrugada sopla
sobre el pétalo de un
sólo camino.
Por ti, mi rostro de agua clara,
para mi, tu asilo.
Me rozas a media voz
sobre mudanzas y
silencio antiguo.
No tengo más que decir,
por lo tanto,
dormiré,
bajo el techo de tus besos.
Magnífico poema, lleno de sensualidad y seducción absolutas.
ResponderEliminarGracias mi querida amiga , besitoss
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