Al aire le escribí
con la luz de un
beso,
un beso que
traspasa las barreras
y las barandas de
mi cuerpo.
Al aire le escribí
cuando
me perdía a mar adentro,
oceánicas las
grutas desnudas
cubiertas
las sustancias de tus dedos.
Al aire le escribí
mientras
mi frente dormitaba en tu pecho,
hondo el casto amor
donde la sangre es
puro vuelo.
Al aire le escribí
con ramos de rocío
azulino,
lentas las palabras
cual senda
es cautivada por el vivo deseo.
Al aire le escribí
sobre secretas voces
de luna,
plena la magnitud sobre
la espalda
poblados labios
por el puente de tu cuello.
Sí, al
aire le escribí,
con las palabras
de mi cuerpo,
y en el
eco desnudo caminaré
por los
suspiros atrapados de tu boca.
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