Un silencio sin caricias
son palabras mudas,
cuando la luna cautiva la noche
en las sórdidas aristas del delirio…
En el suelo las magnolias
níveas envejecieron,
como un muro ciego sin vistas
a las ruinas de una ciudad
ultrajada por el
viento.
Una mirada triste,
un aliento sin nombre,
aceleró la apatía de
un cuerpo
en la guarida nocturna,
negando un compromiso venidero.
Rechazo la luz de los ojos fingidos
y las ausencias del cristal impoluto,
mientras una lengua certera
vocifera la abstracta fortuna.
Quizá, un obsoleto roce silente
alejara tus retinas de las mías,
y la veracidad de la pesadumbre
invade un vacio indiferente,
en la maravilla de un desnudo inocente.
Autora: Silvia
Bello poema, te felicito sus versos son muy pero muy, reflexivos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
Pablo gracias todo un honor verte de nuevo siempre fiel a mis cosas abrazos para ti
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